Desde la perspectiva formalista, la matemática puede ser concebida como un objeto de enseñanza. Podríamos afirmar que el matemático "descubre" el conocimiento en una realidad externa a él, es decir, el cocimiento matemático ya existe y está ahí esperando a ser puesto de manifiesto. Una vez descubierto, tan sólo es necesario 'justificarlo' dentro de una estructura formal y queda listo para ser enseñado.
Acogido a esta concepción, la labor del profesor consistiría en transmitir unos conocimientos que el alumno debe recoger y decodificar sin modificarlos. La evaluación se limitaría a contabilizar cuantos contenidos del discurso del profesor es capaz de reproducir el alumno. La didáctica sería la responsable de optimizar la secuencia de contenidos y poner énfasis en el contexto de justificación como estado superior de conocimiento.
Franklin Johan Díaz Hernández
C.I. 14.782.819
EES SECC: 1
No hay comentarios:
Publicar un comentario